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domingo, 5 de agosto de 2012

La pelota cubana, cultura y pasión en el Estadio Latinoamericano de La Habana, Cuba.

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La vieja frase: "Estadio lleno, pueblo contento", es una realidad y "la pelota"como se llama allí al "béisbol" es un pasatiempo nacional en Cuba.




La pelota en Cuba es como vivir una fiesta e invita a los cubanos a olvidarse de las penurias del día a día.


Una tarde de abril, durante mi estancia en La Habana, nuestro buen amigo Jochy, nos invitó a Dani, Antona y a mi a asistir a un partido de pelota en el estadio Latinoamericano, también conocido como "El Coloso del Cerro" que es como se llamaba hasta 1961 cuando deja de existir la pelota profesional cubana y se le cambia el nombre a estadio "Latinoamericano" o "El Latino".


Era algo que me hacía mucha ilusión, pues nunca había estado en un partido de béisbol. La emoción recorría todo mi cuerpo a la vez que subía las escaleras para acceder al interior del estadio. Al llegar al último escalón un mundo nuevo se abrió ante mis ojos. Fue como entrar en otra dimensión.




En el campo jugaban Industriales y Matanzas. En las gradas, alegría, color y calor hasta la victoria. Todo el mundo sabía quien iba a ganar y estaban con el campeón: Industriales, que es el equipo que tiene su sede en "El Latino" como así se llama en La Habana al estadio de béisbol más grande de Cuba.


Antona se sentó en las gradas junto a Jochy, que trataba de explicarle lo que sucedía en cada momento del partido y muy atento a sus palabras se quedó siguiendo lo que en el campo pasaba.



Dani y yo, decidimos ver otro espectáculo, el que sucedía dentro de las gradas: todo un mundo lleno de sorpresas para nosotros,  con el que disfrutamos un montón mezclándonos entre la gente, muy amable, que en todo momento se dejó fotografiar.




El interior del estado estaba abarrotado de gente y se vivía una auténtica fiesta entre grandes y pequeños que nos contagiaron con su alegría.

Nos encontramos muchas formas distintas de disfrutar tal evento: Mientras unos compraban refrescos, otros miraban el encuentro y lo escuchaban por la radio a la vez para no perderse ningún detalle.



Otros, sin embargo, absortos en su amor, perdían todo detalle del evento entre besos y arrumacos ante la atenta mirada de su compañero de grada, y es que el amor esta en el aire y no entiende de lugares...


La guinda la ponía esta preciosa "bebita" que  acompañó a su papa al partido y a la que le deseamos dulces y felices sueños de chocolate.

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