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La necrópolis de Colón se encuentra en La Habana y es la más grande de la isla con sus 5 Km de extensión y con alrededor de 800.000 tumbas. El camposanto fue construido entre 1871 y 1886.
Decidí visitarlo en compañía de Jochy y Betty, pero era mi último día en la isla, así que aunque el calor apretaba, pusimos pies hacia el cementerio de los habaneros.
Nada más entrar, divisamos la capilla Central construida a finales del siglo XIX, en el centro de la avenida de Colón, la principal de este complejo.
Nos encontramos con mausoleos espectaculares y estatuas neorománticas en mármol de Carrara, no es de extrañar que sea monumento nacional. Muchos días los habaneros se acercan a visitar a sus difuntos y pasear entre sus tumbas.
Hacía mucho calor y el cementerio se encontraba solitario, pues las almas enmudecen por el día mientras los vivos visitan el lugar.
Buscamos la tumba del abuelo de Jochy, pero con tanto calor y con lo grande que era el cementerio, no había manera de encontrarla hasta que de pronto nos topamos con Nelson, cual Quijote sin Sancho Panza que portaba en una mano un viejo escobón a modo de lanza y en la otra un cubo como si de un escudo se tratase e iba montado en una destartalada bicicleta que hacia las veces de "Rocinante ".
Era el único personaje que andaba por aquellos calurosos caminos en busca de nuevas aventuras, pues se dedicaba a cuidar y adecentar la gran ciudad de los muertos limpiando lo que la naturaleza intenta borrar, muchos son a los que ya nadie visita y tristes, quedan en le olvido, su trabajo consiste en dejar reluciente los habitáculos de las ánimas.
Muy amablemente se ofreció a ayudarnos y nos hizo de guía contándonos un montón de historias y leyendas que esconde La necrópolis.
Finalmente encontramos la tumba del abuelo de Jochy y el extraño guardian de aquel lugar se despidió de nosotros para seguir su camino en busca de nuevas aventuras. Vimos como su silueta se hacía cada vez más pequeña y se desvanecía entre el Cielo y la Tierra como si de un ángel se tratase.
Nos quedamos mirando un rato, absortos en nuestros pensamientos, recordando todo lo que el guardián nos había contando y decidimos ir a ver una tumba muy especial: "La milagrosa".
Cuenta la leyenda que una madre murió junto a su hija al dar a luz en 1901, años después, se abrió la tumba y se encontró a la madre intacta con la niña en brazos.
Este "milagro"convirtió la tumba en lugar de peregrinación para hacer peticiones y dar gracias por conseguirlas. "La Milagrosa" es un símbolo del amor maternal y por eso las madres van allí a pedir por sus hijos para que les ayude...Y es que la fe mueve montañas.
Subimos al coche y dejamos atrás aquel lugar, pero los pensamientos estaban ahí presentes: "el guardián de la necrópolis", "las estatuas neorománticas de mármol de Carrara", "los eternos mausoleos"y la historia de "La milagrosa"...
Una frase que se me quedo grabada:"Cuando los cuerpos mueren, las almas viven". Es la manera de mirar cubana:"Las perdidas pueden ser ganancias".
Conchy Aísa.
